El término fue popularizado por los relatos coloniales de Rudyard Kipling, el síndrome Amok es un síndrome o síndrome ligado a la cultura el que consiste en una súbita y espontánea explosión de rabia salvaje, que hace que la persona afectada corra locamente, armada, y ataque, hiera o mate indiscriminadamente a las personas y animales que aparezcan a su paso, hasta que el sujeto es inmovilizado o se suicida.
Tras el ataque la persona queda exhausta o con amnesia muchas veces.
Según la OMS (Organización mundial de la salud) por Amok se entiende "un episodio aleatorio, aparentemente no provocado, de un comportamiento asesino o destructor de los demás, seguido de amnesia y/o agotamiento. A menudo va acompañado de un viraje hacia un comportamiento auto-destructivo, es decir, de causarse lesiones o amputaciones llegándose hasta el suicidio"
El Tratado de Psiquiatría, de Freedman, señala que en los relatos épicos malayos del siglo XV, los ataques de Amok eran entendidos como reacciones naturales a la frustración, la provocación o la humillación.
La creencia de una mágica posesión diabólica puede ser otro factor cultural que ha contribuido al desarrollo del síndrome Amok entre los malayos, la misma creencia de los enfermos de Raití.
Con la llegada de la civilización y las administraciones occidentales, el síndrome aparecía con más frecuencia en la gente que sufría una enfermedad física crónica, trastornos gástricos y úlcera péptica.
La persona afectada se mostraba a menudo melancólica unos días antes del ataque, y más tarde alegaba que el demonio había entrado en él y no recordaba nada.
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